Compra Accidentada (Privado)

por **Violet** Jue Dic 23, 2010 2:07 am

Los azules ojos de la jovencita estaban abiertos de par en par ante la increíble noticia que había ante sus ojos. Un gran cartel colgaba de una de las paredes de las calles de Hargeon, y el contenido del mismo había hecho que a la chica de melena violeta se le abriera tanto la boca que la piruleta que estaba comiendo se le había caído al suelo. Al parecer, tampoco se había dado cuenta de ese detalle. Su mente estaba demasiado ocupada procesando las imágenes que ante ella estaban. Un cartel que anunciaba una oferta, que a vista de la pequeña Violet, era más bien un milagro.

En primer lugar, el cartel estaba encabezado por las palabras "Se Vende". No hubiera llamado la atención de la joven maga de no haber sido por la imagen que había bajo el título. Nada más y nada menos que una llave, una llave de oro. Alguien ajeno a la magia, y más concretamente a la Magia del Espíritu Estelar no entendería lo que eso significaba, pero Violet sí. Ella poseía ese tipo de magia, y sabía que una llave dorada era un sueño hecho realidad. Cuando miró más abajo y descubrió que el precio ascendía únicamente a 500 jewels, su corazoncito empezó a latir con fuerza y salió disparada en busca del lugar. No tardó mucho en llegar al lugar, pues corría bastante deprisa. No obstante, allí sólo encontró un tipo calvo, y ni rastro de la llave dorada del cartel. Violet decidió preguntarle si ya la había vendido. El hombre, al ver el interés de la chica en el objeto mágico, sonrió inquietantemente.

-Chica, tienes tres segundos para darme todas tus jewels y tus llaves, o de lo contrario... -exigió con voz ronca, mostrando sin pudor la cimitarra que pendía de su cintura. Su sonrisa se ensanchó y dejó ver los huecos que varios dientes perdidos dejaban. Como vio que Violet no cedía, sino que daba un salto atrás y tomaba entre sus manos su llave plateada, agarró su arma.

-Ya veo, así que era un timo todo... -dijo con voz suave y en parte tristona- Me había ilusionado, ¿sabes? Ahora, tendré que darte tu merecido... -dijo con fimeza, levantando su brazo con su llave plateada entre sus dedos. -¡Puerta de la Valky-ftmpf!

Se vio interrumpida cuando una mano tapó su boca antes de que pudiera completar la apertura de la puerta que invocaría a su Espíritu Estelar. Por su fuera poco, la otra mano del corpulento hombre forcejeó con la de la joven chica y le arrebató la llave de sus dedos. Entre carcajadas de él y del hombre de la cimitarra, empujó con violencia a la pelivioleta al suelo. Esta, como si hubiera sufrido el mayor daño de su vida, no pudo evitar que de sus ojos escapasen lágrimas solitarias, mientras miraba con desesperación la llave en manos de uno de esos bandidos y la cimitarra del otro apuntando a su cuello. ¿Tan pronto había acabado su aventura?

por **Ixtab** Jue Dic 23, 2010 2:36 am

Había estado hacía poco tiempo en el monte Hakobei, con su entrenamiento habitual, cuanto más frío hiciera, mejor se sentía. Así pasó, como solía hacer, unas pocas horas semanales antes de volver a alguna de las ciudades para intentar ganarse un poco la vida. Aquel día, despertó en una de las posadas de Hargeon, la ciudad portuaria en la que decidió parar a descansar para comprar un poco, un par de libros más nunca eran mala idea... Ni la comida, claro.

Tras despertar, ignorando la hora, se dedicó a pasear por las calles, con una mano en su corbata, ajustándola para que quedara bien, y arreglándose un poco, pues le había dado pereza hacerlo allí en aquella habitación, cuando vió un cartel. - ¿Llave de oro a 500 Jewels? Huele a timo de lejos. - Murmuró para sí misma al ver el precio tan ridículo. Había estado ya en tiendas mágicas, y una llave de plata que había visto valía 20000 Jewel, era demasiado obvio que se trataba de un timo.

Por curiosidad, para ver si alguno había picado, caminó hasta la dirección que estaba marcada en el cartel. Había picado alguien sí, y pudo verlo, o mejor dicho, verla, forcejeando, con los timadores-agresores. En fin, tendría que ayudar, para eso era maga, ¿no? - Dos hombres contra una joven, cuanta hombría junta. - Dijo sarcástica al tiempo que juntaba sus manos, con una burlona sonrisa en el rostro. Como no sabía que a la chica le habían quitado sus llaves, su ataque fue a por el hombre que estaba más cerca, el que no las tenía.

- Ice Make... - Musitó, dejando ver en sus manos, juntas, como le habían enseñado, un vaho provocado las frías temperaturas que alcanzaba aquella concreta zona. Agachó su cuerpo, posando sus manos en el suelo pero alzando la mirada para no perderlos de vista, y terminó su conjuro. - ¡Crucifixion! - Exclamó para terminar de nombrar su habilidad. El hielo se expandió por el suelo, alcanzando al incrédulo hombre, que terminó tomando la forma de una cruz dejando así al hombre inmóvil a dos metros del suelo (Creación Mediana), como si estuviera crucificado. El otro, seguramente temiendo lo mismo, salió corriendo, empujando fuertemente a Ixtab, que cayó al suelo adolorida.

- Tch, esta gente no tiene educación alguna... - Murmuró levantándose y mirando la dirección en la que se marchaba. Luego, se acercó a donde estaba la chica, parecía desesperada, ¿tanto le había afectado el timo? - Ey, ¿estás bien? - Preguntó la de lentes, con cierto interés en lo que había sucedido allí para que se hubiera dado tal forcejeo.

por **Tilán** Jue Dic 23, 2010 5:06 pm

En una de las calles próximas al mercado se encontraban un pequeño grupo de soldados tomando algo mientras parecían festejar algo en una terraza de uno de los bares más concurridos del lugar aunque lo que más resaltaba era que un joven civil estaba sentado con ellos - ¡Jajajaja! ¡Bebe algo, hijo! - Exclamó uno de los soldados dándole una palmada al chico rubio, que se encontraba entretenido con unos cacos puestos en sus orejas - ¿Qué quieres, papá? - Preguntó levantado su casco izquierdo con cuidado, seguramente para poder escuchar mejor lo que quería decirle mejor su ascendiente, a la par que arqueaba una de sus cejas.

- Nada, hijo, que no has tocado tu zumo en todo el rato que llevamos aquí... ¿Pasa algo? - Preguntó al joven con un tono de preocupación a lo que este respondió con un suspiro para luego tomarse de un trago su zumo y levantándose de su asiento – Voy a dar una vuelta, aquí no pego nada... - Afirmó él tras arrastrar un poco su silla para poder salir de aquella pequeña reunión de trabajo caminando en dirección al mercado. Una vez el civil dejó la mesa uno de los solados, que estaba pegado al padre del primero, apoyó su mano diestra en el hombro izquierdo a modo de un intento de reconfortar al progenitor – Tranquilo, es una fase... Seguro que Tilán se vuelve algo más calmado cuando pertenezca a los Caballeros - Dijo con una sonrisa en su rostro.

Tras unos minutos caminando y escuchando música el joven de pelo rubio vio como un hombre que estaba corriendo dirigiendo la mirada hacía atrás de vez en cuando, algo particular de alguien que estaba huyendo, se acercaba y chocaba con su mano diestra con fuerza e impidiendo que reanudara su marcha - ¿Qué está pasando? - Preguntó en el momento que se quitó con su mano libre los cascos al ver que aquel hombre intentaba soltarse como podía. El hombre lo intentó con una mano pero resultaba ineficaz así que lo intentó con las dos, haciendo que un pequeño objeto plateado cayera al suelo y despertara el interés del chico con gafas.

por **Violet** Jue Dic 23, 2010 10:16 pm

La muchacha había cerrado sus ojos, esperando que esa espada se hundiera en su desprotegida gargante. Sin embargo, a los pocos segundos los abrió, cuando una voz femenina sonó bastante cerca. Por sus palabras, eso era un hechizo. Despegó sólo uno de sus párpados con cierto temor, justo a tiempo para ver al tipo de la cimitarra ser atrapado por una enorme cruz de hielo, a un par de metros sobre el suelo. Tras unos segundos de asombro por la espectacular magia alquímica, Violet sacudió la cabeza y miró como el ladrón de su llave corría, derribando previamente a la maga alquímica. Cuando esta le preguntó por su estado, miró alternativamente y con prisa a la mujer de gafas y al fugitivo.

-¡Sí... digo, no... digo, yo sí, pero...! -trató de explicarle con nervios a flor de piel. Finalmente sacudió su cabeza y salió corriendo.- Te lo explicaré luego, tengo que pillarle... ¡Adiós!

Y salió disparada. Por suerte para la pelivioleta, el ladrón estaba siendo sujetado por un chico con gafas, que no parecía saber de qué iba el asunto. Se acercó corriendo, pero antes de poder decir nada, vio como su llave plateada -nunca podría confundirla- caía al suelo. Sin saber si el de gafitas era amigo o enemigo, saltó precipitadamente sobre ella, agarrándola como si entre sus manos estuviera lo más valioso del mundo. Con una amplia sonrisa, se incorporó.

-¡La tengo! ¡Ahora sí! -gritó decidida mientras que su antebrazo izquierdo limpiaba las lágrimas de su rostro y su mano derecha activaba la llave, usando para este fin también su voz. -¡Puerta de la Valkyria! ¡Ábrete! -dijo con determinación, haciendo que de la punta de su llave saliera un disco rúnico azul. A los pocos segundos, una mujer con armadura, alas y una espada se materializó. -Pagaréis por lo que me habéis hecho, rufianes...

por **Ixtab** Vie Dic 24, 2010 12:47 am

Alzó una ceja la de lentes ante las energéticas reacciones de la chica aquella, ¿el que faltaba se había escapado con algo importante? Caminó tras ella, a un paso algo más calmado y dejando atrás al tipo atrapado, ignorando sus peticiones y amenazas. Allí a lo lejos pudo ver a un hombre que estaba inmovilizando al restante y probablemente tampoco tendría ni idea de qué ocurría, igual que Ixtab.

Llegó al lugar cuando la chica aquella se lanzó a por aquel trozo de metal que, cuando lo utilizó junto a las palabras, empezó a encajar la situación, entonces... Había picado en el timo. La invocación salió de la llave, consistía en una mujer alada y armada. - Uhm, ¿este es uno de esos Espíritus Estelares? - Pregunta obvia por otra parte, pero no pudo evitar el rodear a la invocación al tiempo que se ajustaba las gafas, era curiosa, y ver en acción un tipo de magia tan... Um, podría decir que era poco habitual por su complejidad de avance. Buscar las llaves precisas, hacer los contratos, era demasiada complicación para muchos.

Giró entonces su mirada hacia el tipo que aún sujetaban, um, podría ser sólo cosa suya, o también haber un grupo detrás. Aunque sólo fuera por el cartel, dudaba que lo hubiera hecho él solo, no sabía porqué no imaginaba que el tipo aquel fuera un virtuoso del dibujo precisamente. - ¿Qué harás con este? - Preguntó, señalando al que estaba inmovilizado, todavía ignorando los nombres de los que se encontraban allí. Para informar un poco al otro chico que, sin saberlo, estaba ayudando, la de cabellos azulados habló, dirigiéndose hacia el chico de gafas.

- Estaba intentando robar a magos Estelares usando como reclamo un anuncio de llaves de oro a precios ridículos, o al menos esa impresión me ha dado con lo que he visto. - Comentó la alquimista de hielo, con lo que había visto, lo único que podía suponer era eso, que esos dos se habían juntado para intentar robar usando aquel cartel como reclamo, poco más podía concluir.

por **Tilán** Vie Dic 24, 2010 2:43 am

Llegó una mujer que parecía ser la dueña de aquella llave, ya que pudo convocar con facilidad el espíritu estelar que la contenía, además de otra que informaba al joven rubio que tenía atrapado al ladrón de que había pasado – Entiendo... - Pronunció en el momento justo que inició lo que parecía un rápido movimiento, tomando con su mano libre el antebrazo izquierdo de aquel hombre primero y reduciéndolo con fuerza al doblegarlo contrayendo su brazo tras la espalda e impulsar sus rodillas hacia adelante para arrodillarlo, además de hacer ver al resto de personas que se encontraban cerca que sus movimientos eran más lentos que los del rubio – Existe una misión en esta zona para desarticular y capturar a una banda que se dedica a eso, será un miembro de ella – Concluyó el joven de gafas mientras retenía al ladrón, desviando la mirada hacia las chicas que acaban de aparecer.

por **Violet** Vie Dic 24, 2010 3:09 am

Y totalmente ajena a todo lo que los chicos de gafas hablaban entre ellos, y olvidando el asunto de apalizar al ladrón, Violet pensó que lo más importante y urgente en aquél momento era pedirle perdón a Artemisa por ser tan despistada. Por su culpa y de no pensar las cosas dos veces antes de actuar, había estado a punto de separarse del ser que, en buena medida, era como una madre adoptiva para ella. Sin poder evitarlo, la abrazó con fuerza, y la Valkyria no pudo por menos que acogerla entre sus brazos.

-Perdona, perdona, perdona, perdona... -repetía sin parar, agarrándose con fuerza a la armadura del Espíritu Estelar.- Por suerte, ya ha pasado todo, pero... ¡Perdona, perdona, perdona, perdona, perdona, perdona, perdona, perdona...! ¡¡Perdóname, Artemisaaaaa! -suplicó con cierto melodrama cómico para quien la viera. Quien recibía las súplicas, se limitaba a darle palmaditas de ánimo en la espalda, mientras soportaba estoicamente el berrinche de la joven. Sonreía.

-Vio... -llamó Artemisa a su compañera de fatigas- ¿No estás pasando un detalle por alto en este asunto? -sugirió con un tono educativo. La pelivioleta alzó la mirada soprendida, ya dejando de lloriquearle.

-¿Ah sí? ¿El qué, Artemisa? -inquirió la muchacha, mientras sacaba un caramelo de sus bolsillos y se lo metía a la boca, esperando la respuesta de la convocada.

-¿Qué te dice siempre tu padre, Vio...? -preguntó con tono cansado, como si fuese algo que repetiese constantemente a la muchacha. Esta, protestó con unos golpecitos en la armadura de Artemisa, mientras elevaba la vista al cielo.

-¿Otra vez con esas? Jo, Artemisa, ahorraríamos bastante tiempo, pero en fin... Te conozco lo suficiente para saber que eres menos flexible que la ropa que llevas... -comentó mientras se sentaba a reflexionar sobre el asunto. Al cabo de unos minutos de silencio y concentración total, alzó la cabeza como si de una alumna que fuese a realizar una exposición oral ante la profesora se tratase.- Veamos... Tiene que ver con el cartel... No es algo que se use para timar a alguien concreto.... ¿no? -preguntó, recibiendo el asentimiento de Artemisa.- ¿Insinuas que hay un grupo organizado tras todo esto? -Nuevamente, fue respondida con un asentimiento. Violet se levantó de un salto y se giró hacia los chicos, los mismo que hasta ese momento estaba ignorando sin siquiera darse ni cuenta. -¡Oid! ¡Hay gente que trama algo malo con los Espíritus Estelares! ¡Tenemos que detenerlos! -dijo como si los conociera de toda la vida. Normalmente no era así, pero dado que habían salvado su llave y su futuro como maga, ¿qué menos que confiar en ellos?

por **Ixtab** Dom Dic 26, 2010 12:20 pm

Como se diría normalmente, "cada loco con su tema". Mientras el chico inmovilizaba del todo al ladrón aquel, la maga estelar estaba ahí en su mundo discutiendo tranquilamente con su espíritu. Prestó atención al varón cuando éste mencionó el tema de la misión, ¿había una misión por ello? Oh, genial, eso quería decir que habría dinero de por medio, dinero que aunque no fuera mucho le serviría, pues el alquiler del lugar donde vivía no se pagaba solo ni mucho menos.

- ¿Una misión por este y su pandilla? Uhm, suena bien. - Comentó Ixtab, que tras hablar puso su mirada en el tipo aquel. Quizá si lo fuera congelando poco a poco terminaría diciendo dónde estaba el resto. - Antes de hacer nada, habría que sacarle información a este de aquí. - Al terminar de hablar, miró a Violet, y luego señaló con su mano derecha al que estaba siendo inmovilizado, si era miembro de aquella banda, debía saber dónde se encontraba el resto, dónde se reunían, esas cosas.

- No debería ser muy complicado hacerle hablar... ¿Alguna idea? - Preguntó la maga de hielo, mirando fijamente al ladrón y pensando varias formas de hacerle hablar para que les facilitara aquella tarea de pararlos.

por **Tilán** Lun Dic 27, 2010 5:08 pm

El joven de cabello rubio alzó su mano libre un momento haciendo una seña para que parara la chica de gafas, mostrando la palma de su mano hacia ella, para después agacharse y poner su boca a la altura del oído de aquel hombre – Bien... ¿Hablarás o tendrás que probar las habilidades de cada uno? - Susurró en un tono serio, intentando imitar lo máximo posible a los caballeros en los interrogatorios que había presenciado, para luego reincorporarse y ajustarse el puente de las gafas bien.

- ¡Está bien! ¡no quiero acabar como mi compañero o peor! - Exclamó el ladrón con aspecto nervioso y aún dejando muecas de dolor por la posición en la que se encontraba – La base se encuentra en unas minas abandonadas al sur de la ciudad – Afirmó hablando ya de forma normal, con la cabeza caída y ocultando una pequeña sonrisa en su rostro. Después de la confesión el chico de gafas lo levantó del suelo con fuerza – Voy a llevarlo a un sitio donde podrán hacer algo con él además de llamar a unos amigos, si queréis iros adelantando... Mi nombre es Tilán Drake – Dijo informando de su próximo movimiento y presentándose educadamente a aquellas mujeres, quedándose un momento para escuchar lo que tuvieran que decir y luego irse en dirección a la reunión que hacía un momento asistía.

por **Violet** Jue Dic 30, 2010 4:00 pm

¡Claro! ¡Se le había olvidado completamente! Con todo el ajetreo de la llave y el timo, no se había presentado a aquella chica con gafas, y tampoco al que se dio a conocer como Tilán. Lo haría ahora mismo, pero por lo pronto tendría que mandar de vuelta al otro plano a Artemisa, o toda su energía acabaría siendo consumida. Y como era más que probable que necesitase toda su magia en breves, decidió que debía ahorrar.

-Artemisa, es posible que te llame luego. -dijo con una sonrisa amable en sus labios- Ciérrate, puerta hacia la Valkyria. -pronunció para enviar de vuelta a su amiga al Plano Estelar, donde estaría segura esperando de nuevo su llamada. Ahora podía volver a centrarse en aquellas dos personas.

Asintió con energía a las palabras de Tilán y tomó de la mano, sin siquiera pedir consentimiento, a la alquimista de hielo. Por alguna razón, aquellas dos personas se habían ganado plenamente la confianza de la pelimorada, y ahora ésta los trataba como si de íntimos amigos. Tras tomar su mano, tiró suavemente de ella para instarla a caminar, mientras saboreaba tranquilamente una piruleta.

-Venga, vayamos adelantándonos, no podemos hacer esperar a los Espíritus Estelares. -dijo alegremente, pero con rotundidad.- Por cierto, me llamo Violet, Violet Firiant. -se presentó.

por **Ixtab** Vie Dic 31, 2010 2:35 pm

Buh, que timador más soso, había sido demasiado fácil sacarle la información sobre en qué lugar se encontraba su base. La de cabellera azulada se mantuvo callada hasta que escuchó un nombre, el del chico que había parado al ladrón aquel. Iba a contestar, pero algo la alertó, era la maga estelar, que había tomado la mano de la alquimista con total confianza para instarla a caminar. - Ixtab Maljut, un placer conoceros. - Dijo, por cortesía, antes de echar a andar, para que tanto Violet y Tilán lo escucharan, así se ahorraba el tener que decirlo dos veces.

Cuando llevaban un poquito caminando, Ixtab se soltó del amistoso agarre de Violet, no por nada, sino porque el contacto físico era algo a lo que estaba poco acostumbrada y según ella no lo necesitaba. - ¿Conoces esta zona? Yo no mucho... Si no está hasta arriba de nieve no sé manejarme bien. - Dijo la alquimista, que miraba a su alrededor en busca de las supuestas minas aquellas, suponiendo que iban en la dirección correcta.

- Una pregunta, ¿cuántas llaves de oro hay? - Preguntaba porque ella creía en aquella constelación de dudosa aceptación, Ophiucus, y no sabía si entre los espíritus estelares estaría incluído éste o si no lo incluía. Era mera curiosidad, así que no replicaría nada si no le contestaba a aquello, mientras tanto, a caminar y caminar para ahorrar algo de energía para lo que llegaría después.

por **Violet** Mar Ene 04, 2011 1:23 pm

Fuu, menudo nombre más raro tenía aquella chica... La verdad, ya era bastante difícil pronunciarlo normalmente como para encima tratar de hacerlo con una piruleta metida en la boca. Bah, era mejor seguir con el dulce donde estaba y abstenerse de complicarse con un nombre impronunciable. Asintió, como muestra de ello, con una gran sonrisa en sus finos labios, caminando hacia las minas.

-Sí, sé más o menos dónde quedan... Mi padre tenía un negocio por aquí, y recuerdo haber venido en alguna ocasión... -respondió mientras lanzaba miradas a un lado y a otro, buscando elementos reconocibles que le ayudaran en su camino a orientarse. Ni siquiera se dio cuenta de que la otra chica había soltado su mano, y siguió con la mente concentrada en la orientación. Había Espíritus estelares bastante útiles en este aspecto, pero ella sólo tenía a Artemisa. Las palabras de la Alquimista de Hielo sacaron a Violet de su ensoñación.

-¿Llaves de Oro? Pues que yo sepa, hay doce... ¿Quieres que te las enumere? -respondió con un entusiasmo infantil. A Violet siempre le había fascinado todo tema relacionado con las llaves y los Espíritus Estelares, era su verdadera pasión. Conocía sobradamente cuales eran las doce llaves del Zodíaco Eclíptico. De hecho, si le habían engañado era precisamente porque en el cartel había una representación bastante fiel de una de ellas...

por **Tilán** Sáb Ene 08, 2011 1:23 pm

Tras aquella breve charla con las chicas que habían sido sorprendidas por el ladrón de llaves estelares Tilán llevó consigo al susodicho criminal hasta donde se encontraba su padre y sus compañeros para que lo detuvieran formalmente e informarles de lo que había ocurrido. Después de unos cuarenta minutos de charla con el grupo sacaron en claro varias cosas; el hombre que había delatado el escondite mintió acerca de donde se encontraban sus compañeros y que el lugar donde se dirigían aquellas chicas era el escondite de dos de los mejores miembros de la banda.

- Voy a ayudarlas, no creo que puedan salir bien paradas en número con esos tipos... Aunque una tenga una llave de plata – Comentó el chico rubio a su padre antes de empezar a correr en la dirección a la que les había indicado aquel traicionero ladrón - ¡Ten cuidado, Tilán! ¡Nosotros trataremos de sacarle información a este tipo! - Exclamó el padre a la par que sacudía su brazo derecho de un lado a otro mientras observaba como su hijo se alejaba en el horizonte.

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